Hay que ordeñar las vacas todos los días. Hay que hacer
otras cosas en determinada estación del año, según los ciclos naturales. Más
allá de las buenas intenciones, cuando se violan estas leyes luego se sufren
las consecuencias lógicas. Estamos sometidos a leyes naturales y principios
rectores, a las leyes de la granja y de la cosecha.
Lo único que resiste al tiempo es la ley de la granja. Según
las leyes y principios naturales, si quiero recoger la cosecha debo preparar la
tierra, sembrar la semilla, cultivarla, desbrozarla y regarla. Lo mismo rige
para el matrimonio o para ayudar a un adolescente a superar una difícil crisis
de identidad: no hay soluciones instantáneas ni fórmulas para el éxito
inmediato que nos permitan avanzar con el sencillo recurso de manipular
psicológicamente algunas actitudes mentales positivas, acompañándolas de un
montón de nuevas recetas para triunfar.
Rige la ley de la cosecha. Las leyes naturales y los
principios actúan con independencia de nosotros. Ponga usted, pues, esos
principios de la agricultura en la base de su vida y sus relaciones. Si lo
hace, su disposición mental cambiará, de ser una mentalidad de escasez, a una
de abundancia.
Veamos este video de como funcionan las cosas en una granja: