Kim Woo Choong fue el
fundador de Daewoo, la que fue una de las más grandes corporaciones de Corea y
del mundo, hace poco adquirí un ejemplar de su interesante libro titulado “El mundo es tuyo pero tienes que ganártelo”. Éste libro muestra
a través del ejemplo del autor, que existe en nuestro mundo un sinfín de
posibilidades para desarrollarse y refuerza continuamente que manteniendo una
actitud positiva, teniendo la disposición al trabajo y siguiendo conceptos y filosofías
ordenadas se puede alcanzar cualquier meta.
Kim Woo Choong inició su carrera
empresarial como vendedor de periódicos, fundó Daewoo como una pequeña empresa
que operaba en la industria textil con muy pocos recursos, con el paso del
tiempo, la empresa se convirtió en corporación y fue sumando actividades en sectores tan
diversos como los productos químicos, la construcción, la industria pesada, la
electrónica, las telecomunicaciones, la construcción naval, la hostelería, los
servicios financieros y, por supuesto, la industria automotriz, en la que
comenzó a operar en 1972, tras firmar un acuerdo con General Motors.
La crisis financiera asiática de 1997 término
con la corporación, Daewoo fue una de las empresas que más se endeudó para
afrontar su expansión y no podía devolver los créditos que solicitó por lo que
tuvo que ser liquidada y vendida en partes.
En toda historia
siempre hay algo rescatable, considero que el sorprendente crecimiento que tuvo
esta empresa se baso en la filosofía de trabajo y actitud luchadora de su
fundador, a continuación comparto con ustedes una sección de su libro que
refleja su pensamiento ganador.
Esfuérzate
por ser el mejor
Durante la Guerra, de Corea huimos de Seúl y
buscamos refugio en Taegu, donde vivimos por algún tiempo. Ya entonces mi padre
había sido secuestrado y llevado al norte, en tanto que mis hermanos mayores
prestaban servicio en el ejército, por lo que, a mis 14 años de edad, tuve que
hacerme cargo de la subsistencia del resto de la familia. No había gran cosa
que un muchacho de mi edad pudiera hacer en medio del caos de la guerra, pero
afortunadamente uno de los ex discípulos de mi padre trabajaba en un periódico
y me dio trabajo como vendedor de diarios.
Por lo general, vendían los
periódicos a los comercios del atiborrado mercado de Pangchon, Taegu. En cuanto
me los entregaban, corría con ellos al mercado, porque si perdía el tiempo en
vender un par de ellos en el trayecto, otros muchachos me podían ganar los
clientes. Así que siempre era el primero en llegar a Pangchon; sin embargo no
me era posible vender todos los ejemplares porque perdía un tiempo valioso en
dar el cambio a los clientes durante mi recorrido de ventas por el primer
tercio del mercado. Durante esos preciosos momentos los otros vendedores me
alcanzaban y sobrepasaban, lo que les permitía apoderarse del resto de la clientela.
Para poder alimentar a mí familia tenía que vender por lo menos 100 periódicos
por día, y mi madre y mis dos hermanos más jóvenes siempre esperaban
ansiosamente mi regreso a casa. Necesitaba idear un nuevo método para vender periódicos.
Así que todos los días, antes de comenzar mi recorrido, me aseguraba de tener
cambio en abundancia. Logré ahorrar mucho tiempo dando el cambio junto con el
periódico, y luego de recibir el dinero que me pagaban, corría a hacer la siguiente
venta. De esa manera, a la larga logré capturar como dos terceras partes del
mercado. Pero los otros muchachos me seguían alcanzando. Tenía que mejorar mis
tácticas, y lo hice. Opté por correr por todo el mercado arrojando los
periódicos a los comercios, de modo que nadie pudiera alcanzarme. Luego podía
tomar el tiempo necesario para regresar por la misma ruta a través del mercado
y cobrar el dinero. No todos me pagaban diariamente, pero en cambio podía
vender todos mis periódicos y. por lo general, me pagaban lo que me debían no
más de dos días después. Al cabo de un par de meses, los otros muchachos habían
renunciado completamente a vender en el mercado, de manera que éste era todo
para mí.
Creo que esa experiencia me enseñó a esforzarme al máximo en toda
situación difícil, sin importar, de que se tratara. Desde el inicio de mi
compañía, he trabajado siempre con ahínco para ser el mejor. Naturalmente que
no estoy completamente satisfecho, pero creo que sí puedo estar orgulloso de
muchos de mis triunfos.
La persona que aspira a ser la mejor en su campo se
esfuerza todo lo posible. Cuando lo hace, aunque no siempre sea el ganador,
está muy cerca de serlo. Por otra parte, cuando uno piensa que no es capaz de
lograr algo, que no tiene la capacidad necesaria para ser el mejor, entonces
"logra" no ser el mejor. Claro está que lo que se hace es importante,
pero no tanto como la manera cómo se hace. Debes tener el propósito de llegar a
ser el mejor, hagas lo que hagas. Ya sea que aspires a ser político, hombre de
negocios, pintor o intelectual esfuérzate siempre por ser el mejor en tu campo.
No seas una de esas personas que se conforman con irla pasando; fíjate como meta
el llegar a ser el número uno y dedícate a ello en cuerpo y alma, porque cuanto
más te esfuerces, tanto más numerosas serán tus probabilidades de triunfar.
Creo que todos los que son el número uno en su campo lo lograron porque
aspiraron muy alto y se esforzaron al máximo. Los esfuerzos a medias nunca
llevaron a nadie a la cumbre. Hace muchos años entrevistaron a un jugador
húngaro, estrella de fútbol soccer, después de que su equipo conquistara el
primer lugar en una competencia europea. Un reportero le preguntó cuál era el
secreto de su éxito. Respondió que siempre que tenía tiempo pateaba la pelota
de fútbol, cuando no estaba haciéndolo, estaba hablando de fútbol y cuando no
estaba hablando de fútbol estaba pensando en él.
Así que, como podrás ver las
estrellas de fútbol no nacen, así como tampoco cualquiera puede llegar a ser el
mejor. Sólo quienes se dedican a algo por completo llegan a ser el número uno.
No hay ningún milagro. Muchas personas hablan del "milagro" de
Daewoo, aunque para nosotros no hubo tal: simplemente trabajamos más
intensamente y tratamos de serlos mejores en nuestro campo. Siempre he
procurado que Daewoo sea lo mejor en todo. Siempre he instado a nuestros
trabajadores a que se superen aprovechando al máximo todas las oportunidades y
continuaré haciéndolo. Nunca me doy por satisfecho con los logros presentes y
nunca dejaré de esforzarme por escalar mayores alturas, pues me doy cuenta de
que la única manera de evitar los lamentos consiste en tratar de hacer todo tan
bien como sea posible.
De manera que espero que todos ustedes, como jóvenes que
son, se esfuercen por ser los mejores en cualquier cosa que hagan. Ni siquiera
piensen en la posibilidad de permitir que otro los supere. El ceder el triunfo
a otro no es benignidad, es mediocridad; no es un sacrificio, es la inferioridad
en acción. No te conformes con ser el segundo, ni pienses que el primer lugar
es suficiente para ti. Convéncete de que el primer lugar te pertenece por
derecho propio, de que fue pensado para ti. Haz tu mejor esfuerzo, tu máximo
esfuerzo, y realizarás tus sueños.
Fuente: “El mundo es tuyo pero tienes que ganártelo”
Kim Woo Choong
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