Revisando la revista norteamericana Forbes encontré
la versión 2012 de su popular ranking “The World’s Billionaires” o “Los
multimillonarios del mundo” en el que Carlos Slim, un mexicano propietario de un
conglomerado de empresas conocidas como Claro, Telmex, entre otras, encabeza la lista dejando atrás nada menos
que a los norteamericanos Bill Gates, propietario de Microsoft y a WarrenBuffett, quien es conocido por ser el mejor inversionista en la bolsa de
valores de todos los tiempos.
La curiosidad me llevo a investigar un poco sobre
la vida de Carlos Slim y fue así que llegue a su página web en la que encontré
una interesante carta que escribe para los jóvenes y que es motivo de esta
entrada en mi blog.
Antes de compartirla considero pertinente recalcar
lo expuesto en anteriores entradas: “El éxito es un viaje y no un destino”,
consiste en vivir la vida con un propósito definido, con energía, disfrutando de cada momento, cada actividad
y cada reto. Nada más alejado del concepto de éxito que el creer que acumulando
cierta cantidad de dinero nuestra vida se transformará automáticamente en un
paraíso.
Teniendo
esto claro comparto con ustedes las valiosas reflexiones que encontré en esta
carta, que no está centrada en concejos financieros, pero si aporta valiosos mensajes que resultaran muy útiles
para direccionar nuestra forma de pensar y actuar.
Carta a los jóvenes
A través de una Carta a la comunidad universitaria, Carlos Slim, aconseja a los estudiantes más destacados sobre lo que, a su forma de ver, considera lo importante en la vida.
México,
D.F., junio de 1994
Les escribo esta carta con el fin de transmitirles
un poco de mi experiencia en la vida, buscando contribuya a su formación, a su
manera de pensar y de vivir, a su equilibrio emocional, a su sentido de
responsabilidad para con ustedes y para con los demás, a su madurez y, sobre
todo, a su felicidad, que debe ser
producto de su ser y quehacer cotidiano.
Son ustedes privilegiados dentro de la sociedad,
gracias a su talento y esfuerzo, por la mejor razón, su propio valor.
El éxito no es hacer bien o muy bien las cosas y
tener el reconocimiento de los demás. No es una opinión exterior, es un estado
interior. Es la armonía del alma y de sus emociones, que necesita del amor, la
familia, la amistad, la autenticidad, la integridad.
El ser tan destacados como ustedes lo son, significa un privilegio, pero entraña también muchos riesgos que pueden afectar valores muy superiores al “éxito” profesional, económico, social o político. La fortaleza y el equilibrio emocional están en la vida interior y en evitar aquellos sentimientos que corroen el alma, tales como la envidia, los celos, la soberbia, la lujuria, el egoísmo, la venganza, la avaricia, la pereza, y son veneno que se ingiere poco a poco.
El ser tan destacados como ustedes lo son, significa un privilegio, pero entraña también muchos riesgos que pueden afectar valores muy superiores al “éxito” profesional, económico, social o político. La fortaleza y el equilibrio emocional están en la vida interior y en evitar aquellos sentimientos que corroen el alma, tales como la envidia, los celos, la soberbia, la lujuria, el egoísmo, la venganza, la avaricia, la pereza, y son veneno que se ingiere poco a poco.
Cuando
den, no esperen recibir. “Queda aroma en la mano que da rosas”, dice un
proverbio chino. No permitan que sentimientos y emociones negativas dominen su
ánimo. El daño emocional no viene de terceros, se fragua y desarrolla en nosotros
mismos.
No confundan los valores ni menosprecien sus
principios. El camino de la vida es muy largo, pero se transita muy rápido. Vivan el presente intensa y plenamente, que
el pasado no sea un lastre, que el futuro sea un estímulo. Cada quien forja
su destino y puede influir sobre la realidad. No la ignoren.
Vivan con sentimientos y emociones positivas como
el amor, la amistad, la lealtad, el valor, la alegría, el buen humor, el
entusiasmo, la paz, la serenidad, la paciencia, la confianza, la tolerancia, la
prudencia y la responsabilidad. Los opuestos que no invadan el alma, que duren
poco en su ánimo, no los dejen alojarse, aléjenlos. Muchas veces cometerán errores, es usual y humano, traten siempre que
sean menores, acéptenlos, corríjanlos y olvídenlos. No se obsesionen por
ellos, el cielo y el infierno están en nosotros. Lo que más vale en la vida no
cuesta y cuesta mucho: el amor, la amistad, la naturaleza y lo que sobre ella
ha logrado el hombre de formas, colores, sonidos, olores que percibimos con
nuestros sentidos, sólo puede ser apreciado cuando estamos anímicamente
despiertos.
Vivan
sin miedos y sin culpas; los miedos son los peores sentimientos del
hombre, lo debilitan, lo inhiben a la acción y lo deprimen, y las culpas son un
lastre enorme en nuestro pensar, al actuar y en la vida. Hacen difícil el
presente y obstruyen el futuro. Para combatirlos, seamos sensatos y aceptémonos
como somos, con nuestras realidades, nuestros méritos y nuestras penas.
La ocupación desplaza a la preocupación y los
problemas, al enfrentarlos, desaparecen. Así, los problemas deben hacernos cada
vez más fuertes. De los fracasos,
aprender y los éxitos deben ser estímulos callados. Actúen siempre conforme
les dicte su conciencia, pues a ésta nunca se le engaña. Los miedos y las
culpas, entonces serán mínimos. No se encierren, ni arruinen su vida, vívanla
con la inteligencia, el alma y los sentidos despiertos y alertas; conozcan sus
manifestaciones y edúquense para apreciarla y disfrutarla.
El trabajo bien hecho no es sólo una
responsabilidad consigo mismos y con la sociedad, es también una necesidad
emocional.
Al final nos vamos sin nada, sólo dejamos nuestras
obras, familia, amigos y, quizá, una positiva influencia, por lo que en ellos
hayamos sembrado.
Con mis mejores deseos,
Ing. Carlos Slim Helú.
Ing. Carlos Slim Helú.
Los ánimo a rescatar los mensajes que les gustaron
más de esta carta y a aplicarlos en su vida, no porque provengan del hombre más
acaudalado del planeta sino por el valor y por el impacto que pueden generar en
la búsqueda de nuestro máximo potencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario