martes, 27 de agosto de 2013

Si no vives para servir, no sirves para vivir.


Aunque algunas personas podrían tratar de llevar una vida meramente egoísta, desde una perspectiva egocéntrica, cuando nos damos a otros es que encontramos nuestro mayor sentido de significado. Por lo que, en nuestra búsqueda de significado, uno de los mejores lugares dónde mirar es hacia afuera- hacia otros- usando el principio de la caridad. 

¿Para qué vivir si no es para hacer el mundo menos dificil para los demás? .. 

A continuación les presento una conmovedora historia de la vida real que ejemplifica la caridad en sus mas puras formas:

El hombre del tren

Cada vez que mis hermanos, mi hermana y yo nos reuníamos inevitablemente hablábamos de papá. Todos les debíamos nuestros éxitos en la vida a él y a un hombre misterioso con el que se encontró una noche en el tren.

Nuestro padre. Simon Alexander Haley nació en 1892 y creció en la pequeña localidad campesina de Savannah, Tennessee. Fue el octavo hijo de Alec Haley y de una mujer llamada Queen. Con una Fuerza de voluntad tremenda, mi padre había sido esclavo y ejerció como aparcero de tiempo parcial.

Aunque sensitiva y emocional, mi abuela era fuerte cuando se trataba de sus hijos. Una de sus ambiciones era que mi padre se educara.

sábado, 10 de agosto de 2013

Mantén la calma y sigue adelante !


Érase una vez un poblado que tenía entre sus habitantes a un anciano muy sabio. Los habitantes del pueblo confiaban en este hombre para que diera respuesta a sus preguntas y preocupaciones.

Un día, un granjero del poblado acudió  a ver al anciano sabio y le dijo, con tono de agitación: "hombre sabio, ayúdame. Ha sucedido algo horrible. ¡Mi buey ha muerto y no tengo ningún animal que me ayude a arar mi campo! ¿No es lo peor que podría haberme sucedido?". El anciano sabio le respondió: "Puede que sí, puede que no". El hombre se apresuró a regresar a la aldea  e informar a sus vecinos que el anciano sabio se había vuelto loco. Sin duda, aquello era lo peor que podría haberle sucedido ¿Por qué no podía verlo el sabio?

Al día siguiente, sin embargo, un caballo fuerte y joven fue visto cerca de la granja del hombre. Dado que el hombre no tenía ningún buey que lo ayudara, se le ocurrió la idea de atrapar al caballo para reemplazar al buey muerto, y así lo hizo. ¿Qué contento estaba el granjero! ¡Nunca había sido tan fácil arar su campo! Volvió a visitar al sabio para pedirle disculpas. "Tenías razón, hombre sabio. Perder a mi buey no era lo peor que podría haberme sucedido. ¡Ha sido una bendición! Nunca habría capturado a mi nuevo caballo de no haber ocurrido eso. Tienes que estar de acuerdo conmigo en que es lo mejor en que es lo mejor que podría haberme sucedido." El anciano sabio, volvió a replicar: "Puede que sí, puede que no". Otra vez no, pensó el granjero. No cabe duda de que ahora el sabio sí que se ha vuelto loco.