sábado, 9 de junio de 2012

Cómo aprovechar los beneficios positivos de las experiencias negativas




Las experiencias negativas que acontecen en nuestra vida son grandes y valiosas fuentes de aprendizaje que nos llevan posteriormente a ver las cosas desde una perspectiva más sabia y por tanto nos abren paso para asumir nuevos retos. Para tener éxito debemos aprender a sacar el mayor provecho de estas experiencias, no centrarnos en el error cometido sino más bien en la enseñanza aprendida.

A continuación les presento un nuevo extracto del libro “El Lado Positivo del Fracaso” de John C. Mawxwell quien nos muestra con múltiples ejemplos como podemos levantarnos y sobre todo fortalecernos después de cualquier caída: 

Los beneficios de la adversidad

La sicóloga Dra. Joyce Brothers afirma: «La persona interesada en triunfar tiene que aprender a ver el fracaso como una parte saludable e inevitable del proceso de llegar a la cumbre». La adversidad y el fracaso que a menudo vienen como consecuencia, son cosas que deben esperarse que ocurran en el proceso de alcanzar el éxito y deberían tomarse como partes absolutamente críticas de este. Realmente, los beneficios de la adversidad son muchos. Veamos las siguientes razones para aceptar la adversidad y pasar a través de ella:

1. La adversidad crea resistencia
Nada en la vida alimenta más la resistencia como la adversidad y el fracaso. Un estudio escrito en la revista Time a mediados de los años ochenta describe la increíble resistencia de un grupo de personas que perdieron sus trabajos tres veces por el cierre de las plantas. Los sicólogos esperaban que se desalentaran, pero al contrario, se veían sorprendentemente optimistas. Su adversidad había desarrollado en ellos una ventaja. Debido a que ya habían perdido un trabajo y habían encontrado uno nuevo a lo menos dos veces, estaban mejor preparados para manejar la adversidad que otros que habían trabajado solo para una compañía y ahora eran despedidos.

2. La adversidad desarrolla madurez
La adversidad puede hacer de usted a alguien mejor si no deja que lo amargue. ¿Por qué? Porque la adversidad promueve sabiduría y madurez. El dramaturgo estadounidense William Saroyan se refirió a esto, diciendo: «Las personas buenas lo son porque han adquirido sabiduría a través de los fracasos. El éxito provee muy poca sabiduría».
Si el mundo sigue cambiando a un ritmo cada vez más rápido, la madurez con flexibilidad llegará a ser algo muy importante. Estas cualidades son generadas cuando se hace frente a las dificultades. John Kotter, profesor de la escuela de comercio de Harvard, dice: «Me puedo imaginar a un grupo de ejecutivos veinte años atrás analizando a un candidato para un puesto importante y diciendo: “Esta persona tuvo un gran fracaso cuando tenía treinta y dos años”. Todos los demás dirían: “Sí, sí, mala señal”. Me imagino al mismo grupo analizando a un candidato hoy día y diciendo: “Lo que me preocupa de esta persona es que nunca ha tenido un fracaso”».

3. La adversidad amplía el marco de lo que se considera rendimiento aceptable
Lloyd Ogilvie contó de un amigo que durante su juventud trabajó en un circo. Este explica cómo aprendió a trabajar en el trapecio:
Una vez que se sabe que allá abajo está la red de protección, uno deja de preocuparse por la posibilidad de caer. ¡En realidad se aprende a caer con éxito! Eso significa que se puede concentrar en agarrar el trapecio que danza ante uno y no en una caída, porque repetidas caídas en el pasado lo han convencido que la red es fuerte y confiable… El resultado de caer y ser salvado por la red es una confianza misteriosa al arriesgarse en el trapecio. Se cae menos. Y cada caída te hace enfrentar riesgos mayores.
  

4. La adversidad provee mayores oportunidades
Yo creo que eliminando los problemas se limita nuestro potencial. Casi todos los empresarios exitosos con quienes he hablado, han tenido numerosas historias de
adversidades y reveses que le abrieron puertas para mayores oportunidades. Por ejemplo, en 1978, Handy Dan, que tenía una ferretería especializada en la líne «hágalo-usted-mismo», contrató a Bernie Marcus, hijo de un ruso que trabajaba en una fábrica de gabinetes en Newark, New Jersey. Eso impulsó a Marcus a asociarse con Arthur Blank para empezar su propio negocio. En 1979 abrieron la primera tienda en Atlanta, Georgia, y la llamaron Home Depot. Hoy día, Home Depot tiene más de setecientas sesenta tiendas con un número de empleados que llega a los ciento cincuenta y siete mil y se ha expandido incluso fuera de los Estados Unidos. Sus ventas anuales superan los treinta billones de dólares.
Estoy seguro que Bernie Marcus no estaba muy contento con el trabajo que le ofreció
Handy Dan. Pero si no lo hubiese estado, quién sabe si habría logrado el éxito que ostenta hoy día.

5. La adversidad lleva a la innovación
A principios del siglo veinte, un niño cuya familia había emigrado de Suecia a Illinois compró por correo un libro sobre fotografía que le costó veinticinco centavos. Cuando llegó el pedido, descubrió que en lugar de mandarle el que él había pedido, le habían mandado uno sobre ventriloquia. ¿Qué hizo él? Se puso a estudiar ventriloquia. El niño era Edgar Bergen, quien por más de cuarenta años ha entretenido a la gente con la ayuda de un muñeco de madera llamado Charlie McCarthy.
La capacidad de innovar está en el corazón de la creatividad, un componente vital para el éxito. Jack Matson, profesor en la Universidad de Houston reconoció ese hecho y desarrolló un curso que sus estudiantes llamaron «Fracaso 101». En él, Matson encarga a sus estudiantes crear imitaciones de productos que nadie compraría. Su meta es conseguir que los estudiantes comparen el fracaso con la innovación en lugar de con la derrota. De esa manera serán libres para intentar nuevas cosas. «De esta manera aprenden a recargar y prepararse para disparar otra vez», dice Matson. Si usted quiere tener éxito, tiene que aprender a hacer ajustes a la forma en que hace las cosas y tratar de nuevo. La adversidad ayuda a desarrollar esa habilidad.

6. La adversidad recubre beneficios inesperados
La persona común y corriente comete un error y automáticamente piensa que es un fracaso. Pero algunas de las grandes historias de éxitos pueden encontrarse en los beneficios inesperados de los errores. Por ejemplo, muchos están familiarizados con la historia de Edison y el fonógrafo. Él lo descubrió mientras trataba de inventar algo completamente diferente. ¿Pero sabía usted que las hojuelas de maíz (Corn Flakes de Kellogg) fue el resultado de que a alguien se le quedó una olla con maíz hirviendo toda la noche? ¿O que el jabón Ivory flota porque una cantidad de él se dejó en la mezcla por demasiado tiempo lo que significó que absorbió un volumen de aire fuera de lo común? ¿O que las toallas de papel Scott nacieron cuando una máquina de papel higiénico puso demasiadas hojas de papel juntas?
Horace Walpole dijo que «en ciencia, los errores siempre anteceden a la verdad». Esto es lo que le ocurrió al químico suizo-alemán Christian Friedrich Schönbein. Un día que estaba trabajando en la cocina, lo que su esposa le tenía estrictamente prohibido, y estaba experimentando con ácido sulfúrico y ácido nítrico, de pronto derramó algo de la mezcla sobre la mesa de la cocina. Se había metido en un problema porque sabía que cuando su esposa viera aquello, experimentaría alguna forma de «adversidad». Rápidamente cogió un delantal de algodón, limpió el líquido y colgó el delantal cerca del fuego para que se secara.
De repente se produjo una violenta explosión. Evidentemente, la celulosa en el algodón experimentó un proceso llamado nitratación. Sin querer, Schönbein había inventado la nitrocelulosa a la que se llegó a conocer como pólvora sin humo. Al comercializar su invento, este le produjo muy buena ganancia.

7. La adversidad motiva
Hace algunos años, cuando Bear Bryant estaba entrenando al equipo de fútbol de la Universidad de Alabama, en un juego en el que faltaban dos minutos para que terminara el último cuarto, el equipo Crimson Tide estaba adelante por solo seis puntos. Bryant mandó al campo a su lanzador con instrucciones de retener el balón y así dejar que el tiempo transcurriera.
En el grupo, este dijo a sus compañeros: «El entrenador dijo que jugáramos conservadoramente y eso es lo que ellos esperan. Vamos a darles una sorpresa». Y se aprestó a reanudar el juego.
Cuando inició la jugada con el clásico pase hacia atrás, uno de los defensas del equipo contrario, que era campeón de velocidad, interceptó el balón y se dirigió hacia la zona final con la intención de anotar. El lanzador, que no era reconocido como velocista, salió desesperadamente tras el defensa, agarrándolo en la línea de la yarda cinco. Su esfuerzo salvó el juego.
Después que el juego terminó, el entrenador del equipo contrario se acercó a Bear Bryant y le dijo: «¿Cómo es eso que tu lanzador no es un buen corredor? Logró detener a mi jugador más veloz».
Bryant respondió: «Tu hombre corrió para ganar seis puntos; el mío corrió por su vida».
Nada puede motivar más a una persona que la adversidad. El saltador olímpico Pat McCormick dice al respecto: «Yo creo que el fracaso es uno de los grandes motivadores.
Después de haber perdido estrechamente en las pruebas de 1948, sabía cuán bueno podía ser. Fue la derrota la que me llevó a poner toda mi concentración en mi entrenamiento y metas». En 1952, en Helsinki, McCormick ganó dos medallas de oro y cuatro años más tarde, otra en Melbourne.
Si usted puede superar las circunstancias negativas que debe enfrentar, podrá descubrir sus beneficios. Esto es así en casi todos los casos. Usted simplemente tiene que estar dispuesto a esperarlos, y no tomar la adversidad en forma tan personal.
Si pierde su trabajo, piense en la fortaleza que esa experiencia le permitirá desarrollar.
Si se enfrenta a algo grande y sobrevive, evalúe cuánto ha aprendido acerca de usted y cómo eso le va a ayudar a aceptar nuevos retos. Si una librería se equivoca al procesar su pedido, tome aquello como una oportunidad de aprender algo nuevo. Y si en su carrera experimenta un traspié de la índole que sea, piense en la madurez que eso producirá en usted. Además, Bill Vaugham afirma que «en el juego de la vida es bueno tener algunas pérdidas tempraneras, porque alivian de la presión de tratar de mantenerse sin derrotas».
Siempre mida un obstáculo lo más cerca posible del tamaño del sueño que está tratando de convertir en realidad. Todo depende la forma en que lo vea.

Fuente: El Lado Positivo del Fracaso – John C. Maxwell


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