Paul J. Meyer, una de las personas más
influyentes en el campo de la superación personal nos dice: “Todo lo que usted
vívidamente imagine, ardientemente desee, sinceramente crea y con entusiasmo
emprenda inevitablemente le sucederá”
Que mejor prueba de la sabiduría y veracidad de
esta frase que los ejemplos que les presento en esta entrada, todos son casos
de personas que se iniciaron humildemente en la actividad empresarial y
lograron alcanzar importantes objetivos en base a trabajo, esfuerzo, perseverancia,
seguridad en sus capacidades y actitud mental positiva, revisemos los casos:
Richard
Branson: Sin duda uno de los empresarios más innovadores y
geniales que conozco, fundador del imperio empresarial Virgin que incluye
aerolíneas, sellos discográficos y una firma de turismo espacial, entre otros
negocios. Se inicio con una actividad muy sencilla: revendía discos en su coche,
lo que ya mostraba su espíritu empresarial que luego lo llevo a destacar en
diversas industrias.
Ben
Cohen: Ex hippie, co-fundador
de la millonaria empresa internacional de helados Ben & Jerry’s, se inicio
como taxista, posteriormente conoció a su socio Jerry Greenfield
con quien completo un curso por correspondencia sobre cómo preparar helados y abrieron su primer
local en una estación de gasolina, su exitosa empresa actualmente está presente
en 38 países.
Michael
Dell: Fundador de Dell
Computer Corporation y poseedor de una de las fortunas más grandes del mundo. Se inicio lavando platos en un restaurante
chino cuando tenía 12 años de edad. Cuando cumplió 21 años, su compañía ya
facturaba US$60 millones.
Warren
Buffett: Ocupa el tercer puesto en el ranking de
multimillonarios del mundo según la revista Forbes. Conocido como el oráculo de
Omaha, este súper inversionista que convirtió a Berkshire Hathaway, una empresa
textil al borde de la quiebra, en un conglomerado de seguros e inversiones
gigantesco, se inicio en los primeros años de su adolescencia repartiendo periódicos de puerta en
puerta en su ciudad natal.
Donald
Trump: Famoso magnate de los bienes raíces, propietario de
hoteles y casinos en EEUU, visitaba obras de construcción con su padre y recolectaba botellas vacías para
canjearlas por dinero. Obviamente, las
ganancias no eran excelentes, pero él confeso que ese trabajo le enseñó el
valor del dinero.
Sam
Walton: Fundador de la cadena de supermercados Wal Mart, la
cual es actualmente la más grande del mundo, nació en una granja y en su
juventud para ayudar económicamente a su familia fue lechero. Ordeñaba las vacas, y posteriormente, embotellaba el
excedente y lo distribuía a los clientes. Adicionalmente repartiría periódicos
y vendía suscripciones de revistas.
Andrew Carnegie: Empresario en la
industria del acero, uno de los
hombres más ricos de todos los tiempos,
fue el chico bobinador. Carnegie asistía a una fábrica textil a cambiar periódicamente
las bobinas de hilos antes de amasar su gran fortuna que posteriormente destino
a la filantropía y a la educación.
Dave Thomas: Fundador de Wendy’s, la tercera cadena de hamburgueserías del mundo, con más de 6.000 locales en unos 35 países, fue un empleado de KFC (Kentucky Friend Chicken). Decidió que podía hacer algo mejor por su cuenta, invirtió todo su dinero en su idea y vaya que acertó.
Tom
Cruise: Este famoso actor que forma parte de las celebridades
de Hollywood y que en el año 2010 cobro la suma de $14,5 millones por sus
películas, fue un botones de hotel.
Tal vez muchos de los huéspedes a los que Tom les cargaba el equipaje se
sorprendieron al verlo protagonizando roles principales en exitosas películas.
Para finalizar:
Chuck
Norris: Otro conocido actor estadounidense,
campeón mundial de karate,
ex militar y fundador de una asociación de karate. Trabajo
a los 16 años como empacador de
comestibles en una tienda y fue despedido por el administrador al finalizar
su primer día de trabajo por no trabajar con suficiente rapidez.
Veamos que nos cuenta Chuck sobre su experiencia:
Yo era un muchachito
terriblemente tímido, de modo que me sorprendí cuando reaccioné diciendo: “Permítame
volver mañana e intentar una vez más. Sé que puedo hacerlo mejor”. Yo sabía que
lo que acababa de decir iba contra mi manera de ser, pero funcionó. Conseguí
una segunda oportunidad trabajé mucho más rápido y por el siguiente año y medio
prepare cajas de comestibles desde las cuatro a las diez, de lunes a viernes
por U$S 1.25 la hora a veces los sábados y domingos.
Aquel momento en que
le dije a mi jefe que quería volver al día siguiente sigue grabado en mi
memoria. Y de igual manera la lección que aprendí:
“Si usted quiere lograr algo en la vida, no puede
sentarse, echarse para atrás y esperar que suceda. Tiene que hacer que eso
suceda”.
Cuando comencé a
estudiar karate no era un atleta natural, pero entrené más duro que nadie y
durante seis años fui campeón mundial en el peso mediano.
Más tarde, cuando
decidí convertirme en actor tenía treinta y seis años de edad y ninguna
experiencia. En Hollywood había por ese entonces unos mil seiscientos actores
desempleados. Tuve que competir con otros que ya habían hecho películas o
estado en la televisión.
Si hubiera dicho: “No
tengo ninguna posibilidad”, una cosa es clara: No la habría tenido.
Muchas veces nos lamentamos, diciendo”No he tenido éxito
porque no se me han dado las oportunidades” Recuerde: Usted es quien crea su oportunidad.
Fuentes: Web: Businessinsider.com y Libro “Grandeza
para cada día” de Stephen R. Covey.
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