domingo, 22 de julio de 2012

Cómo volverse entusiasta y conservarse así



Es muy probable que si se le pidiera una definición de la palabra “renunciante”, lo más seguro es que respondería que él o ella es una persona que se da por vencida con demasiada facilidad.

¿Alguna vez se ha preguntado porqué ciertos individuos se aferran contra toda probabilidad, hasta convertir una derrota en victoria, en tanto que otros abandonan la competencia, a veces cuando tienen a la vista la línea de la meta?

¿Es la valentía, el ánimo para resistir, para levantarse de la lona, para perseverar hasta que todo ha terminado, un rasgo heredado? .. No !!

Entonces, ¿Cuál es la inmensa diferencia entre la persona que persevera y la que renuncia?

¡El entusiasmo!

Si piensa en su vida pasada, coincidirá conmigo en que siempre que perdió su entusiasmo por cualquier actividad, también perdió el deseo de seguir trabajando en ella y cuando eso sucedió, en algún momento la hizo a un lado.

No lo calificó como renuncia, pero fue precisamente eso. En muchas cuestiones de mínima importancia, su renuncia en realidad no importó gran cosa, pero en las funciones primordiales de la vida, tales como el matrimonio o una carrera los resultados a menudo son desastrosos.

¿Existe el peligro de que incluso se llegue a perder el entusiasmo para trabajar tan arduamente como es necesario para cambiar de vida a fin de mejorarla? ¡ Si !
Puede perder su entusiasmo por cualquier cosa, a menos de que sepa cómo mantener constantemente encendida en su interior esa llama de la ambición.

W Clement Stone, quien se inició como vendedor de periódicos en las aceras de Chicago, estructuró la mayor compañía de seguros de su clase en el mundo, una vez que aprendió y aplicó el secreto de generar un entusiasmo interno y mantenerlo hasta alcanzar una meta tras otra. De las páginas de su revista, Sucess Unlimited, le muestra la forma de hacerlo, siempre y cuando sea suficientemente perceptivo para detectar su secreto…

domingo, 8 de julio de 2012

Cómo hacer uso de la ley de utilidades crecientes



NapoleonHill fue un hombre increíble. Luchando contra toda clase de grandes desventajas y presiones, dedico más de veinticinco años de su vida a entrevistar a los grandes triunfadores e investigar sus carreras. ¿Su meta? Aislar y definir las razones por las cuales tantos fracasan y tan pocos alcanzan el éxito.

Durante las últimas cinco décadas se han publicado cientos de millones de libros sobre el éxito y, sin embargo, la inmensa mayoría de esos libros tienen raíces originadas en los descubrimientos del doctor Hill. Sin lugar a dudas su obra, Think and Grow Rich,
un éxito de ventas de todos los tiempos, ha efectuado cambios en un gran número de vidas a lo largo de todo este siglo.

Esta lección se ha tomado del libro original y su tema, según el doctor Hill, le asegurará por sí mismo el éxito a cualquier persona dispuesta a ponerlo en práctica en todo lo que haga. El doctor Hill escribió: ”Quizá no le agrade el trabajo que desempeña actualmente. Pues bien, hay dos formas de salir de él. Una de ellas es mostrar muy poco interés en lo que hace, limitándose simplemente a hacer lo suficiente “para pasarla”. Muy pronto encontrará la salida, por que cesará la demanda de sus servicios”
Pero existe otra forma mejor para que “salga de ese trabajo que no le agrada“ y el escritor más grande de todos sobre el tema del éxito está a punto de explicarles la forma de lograrlo….

¡LA LEY DE LAS UTILIDADES CRECIENTES!


Vamos a iniciar nuestro análisis demostrando la forma en la cual la Naturaleza hace uso de esta ley a favor de quienes labran la tierra. El agricultor prepara el terreno con todo cuidado, después siembra el trigo y espera mientras la ley de utilidades crecientes le devuelve la semilla sembrada, más un incremento múltiple.
De no ser por esta ley las utilidades crecientes, el hombre perecería, pues sería incapaz de lograr que la tierra produjese el alimento suficiente para su subsistencia. No se lograría ninguna ventaja sembrando un campo de trigo si la cosecha no devolviera más de lo sembrado.
Con esta “sugerencia” vital que nos ofrece la Naturaleza, y que podemos encontrar en el ejemplo de los campos de trigo, ahora procederemos a apropiarnos de esta Ley de las utilidades crecientes y a aprender la forma de aplicarla a los servicios que prestamos, a fin de que pueda rendir dividendos fuera de toda proporción y que excedan con mucho al esfuerzo realizado.